INVAP ha diseñado y construido un conjunto de máquinas y herramientas semiautomáticas o totalmente automáticas llamado REMA (por “reparación y mantenimiento”), capaces de ingresar y funcionar en sitios hostiles debido a factores como la temperatura, la presión y la radiación. De ese modo, se logra operar y reparar una instalación industrial hermética desde adentro.
La empresa ofrece este servicio con robots y herramientas diseñadas a medida de cualquier cliente. Posee una vasta experiencia en la utilización de REMA en centrales nucleares y en complejos equipos de las industrias química, petroquímica y farmacológica.
Antecedentes
En 1987 INVAP realizó uno de sus primeros trabajos con telemanipuladores. La Central Nuclear Atucha I había salido servicio por la ruptura de un elemento combustible. Se debía limpiar ese sitio inaccesible y altamente radioactivo para así reparar el núcleo de la central. En plena crisis nacional de energía, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) pidió presupuesto por la tarea de reparación a la firma KWU-Siemens, proveedora del reactor, que estimó el costo en 200 millones de dólares (la mitad del precio de adquisición de Atucha I “llave en mano”).
Ante tal situación, la presidenta de la CNEA, doctora Emma Pérez Ferreyra, decidió implementar una reparación con recursos propios. Bajo la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA, por sus siglas en inglés), los expertos de la CNEA e INVAP realizaron la limpieza y la reparación de las partes dañadas dentro del recipiente de presión sin abrirlo en absoluto, usando únicamente sus entradas de diseño.
Esto se hizo con herramientas telecomandadas diseñadas por INVAP. El costo total fue de sólo 17 millones de dólares. Luego en 1997, Atucha I tuvo la necesidad de reparar integralmente sus enfriadores de moderador; tarea en la que se utilizaron con éxito nuevamente las herramientas REMA, algunas de ellas ya plenamente robotizadas.
Ante tal situación, la presidenta de la CNEA, doctora Emma Pérez Ferreyra, decidió implementar una reparación con recursos propios. Bajo la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA, por sus siglas en inglés), los expertos de la CNEA e INVAP realizaron la limpieza y la reparación de las partes dañadas dentro del recipiente de presión sin abrirlo en absoluto, usando únicamente sus entradas de diseño.
Esto se hizo con herramientas telecomandadas diseñadas por INVAP. El costo total fue de sólo 17 millones de dólares. Luego en 1997, Atucha I tuvo la necesidad de reparar integralmente sus enfriadores de moderador; tarea en la que se utilizaron con éxito nuevamente las herramientas REMA, algunas de ellas ya plenamente robotizadas.
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