Historia de la Tecnología pampeana aplicada al agro
Historia El proceso tecnológico puede dividirse en tres etapas: 1870-1920, 1920-1940 y 1940 enadelante.
"El número de cosechadoras evolucionó de 2.500 en 1908, a 8.400 en 1914 y
40.800 en 1937"46
Cuando Flichman señala esta evolución del parque de cosechadoras, no hace otra cosa que
observar el desarrollo de la tecnología en forma desagregada, sin verla en su conjunto y sin
distinguir los procesos globales que las enmarcan. A diferencia de esto, cuando se mira de cerca
la historia, se pueden detectar al menos tres etapas de incorporación de tecnología: 1. La etapa de
creación de una agricultura agroexportadora (1870-1920); 2) la de renovación tecnológica, entre
1920 y 1940; 3) la que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, constituye una
profundización de la anterior.
1) Una agricultura moderna: Ya hemos aludido a los componentes técnicos de esta etapa. En
general, o se ha olvidado que la técnica agrícola de este período era "tecnología de punta" y se la
presentado por..., Compañía Sudamericana de Billetes de Banco, Bs. As., 1904, p. 502-4
46Flichman, op. cit. p. 98
Sartelli, Eduardo: Del asombro al desencanto: La tecnología rural y los vaivenes de la agricultura
pampeana, en: Andrea Reguera y Mónica Bjerg (comp.): Sin estereotipos ni mitificaciones.
Problemas, métodos y fuentes de la historia agraria , IHES, Tandil, 1995. Reedición electrónica
ha tildado, impropiamente, de "tradicional", o bien, se ha tendido a menospreciar la importancia
de tal tecnología en el contexto pampeano. Es necesario repetirlo: la agricultura pampeana "nace
extensiva y mecanizada"47 y no podía ser de otra manera. El desarrollo de la agricultura
pampeana habría sido imposible de otra manera. Arados, sembradoras, segadoras y trilladoras
fueron su arsenal técnico indispensable. Esta tecnología presidió toda la edad de oro de la
agricultura pampeana hasta que la competencia mundial forzó a una disminución general de
costos.
La tecnología de este período evoluciona rápidamente, perfeccionando cada uno de sus
componentes, pero no sale del esquema establecido por la relación segadora (o espigadora) y
trilladora, tracción animal, transporte por bolsa y carro. Por 50 años, entre 1870 y 1920 este
esquema dará sus frutos y permitirá la expansión de la frontera, la producción de cereal a bajo
costo y la conquista de mercados.
2. La renovación tecnológica: Esta etapa ha pasado por completo desapercibida, salvo para unos
pocos. Y aún estos suelen minimizar la globalidad del proceso. Lo cierto es que, a partir de fines
de la Primera Guerra Mundial, la cosechadora triguera, el camión, la aplicación de la
cosechadora al lino, el sistema de elevadores de campaña, la cosechadora de papas, el tractor, las
cintas transportadoras, los apiladores, etc. marcan una renovación casi completa de la tecnología
rural. La cosechadora triguera aparece a comienzos de siglo y sigue la siguiente evolución:
Cuadro 1
Años Cantidad Cantidad Cantidad
1908 2.500 2.500 1.250 1914 8.444 3.377 1.689
1927 21.755 21.755 21.755
1937 40.414 40.414 40.414
(Fuentes: Censos Nacionales, Anuario de Comercio Exterior y Conti, M.: Lo que deben conocer
nuestros agricultores sobre la cosecha del trigo. Por el profesor... Boletín nro. 2 de UBA, Fac. de
Agric. y Veterinaria, Bs. As., 1929, p. 46)
La cifra de 1914 parecería contradecir nuestra afirmación de que la principal etapa en la
47La cita pertenece a Barañao, Teófilo, citado por Tort, María Isabel, op. cit., p. 7
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introducción de la cosechadora comienza en 1920. Sin embargo, es necesario hacer algunas
precisiones. En primer lugar, hay dudas sobre la veracidad de la cantidad de cosechadoras de
1914: si se suman las máquinas importadas entre 1909 y 1914 al Censo de 1908, se obtiene la
cifra que vemos en la segunda columna (3.377). Salvo que se trate de un caso de contrabando
masivo, no hay base para sostener que en fecha del Tercer Censo Nacional hubiera tal cantidad
de máquinas. La confusión bastante común entre la segadora y la cosechadora (ya que a la
primera solía llamársela también cosechadora e inclusive alguien tan informado como Scobie las
confunde) inducen a creer en una estimación baja.48
Aún con las salvedades realizadas, las cantidades de ambos censos (1908 y 1914) resultan
sobredimensionadas al compararlas con las otras dos: las cosechadoras que se computan en los
primeros censos y las que aparecen en los Anuarios del Comercio Exterior luego de la guerra, no
son las mismas. Cuando, en 1919, Conti repasa el tipo de cosechadoras existentes, las clasifica en
de peine y de cuchilla. Las de peine son más antiguas y numerosas, con 5 y 6 pies de tamaño de
peine, arrancan las espigas con un mínimo de paja, trillando y limpiando el producto
satisfactoriamente cuando el trigo está en condiciones. Entre estas máquinas figuran la
Australiana, la Golondrina, la Crescent, la Complete Harvester, etc. Las de cuchilla permiten
cosechar productos algo desparejos, reducen pérdidas, y hacen mejor trabajo, con 9 pies de
ancho de cuchilla y cilindro tipo trilladora (Mc Cormick, Deering, etc.). Son máquinas más
pesadas que requieren 10 a 11 caballos en el tiro, pero algunos las transforman en automóviles,
acoplándoles un motor a nafta.49 Entonces, contando tamaños respectivos de peine y cuchilla
como índice de productividad, las cifras reales deberían ser las que aparecen en la tercera
columna del mismo cuadro. Allí queda claramente expresada la diferencia: la verdadera
incorporación masiva de cosechadoras se da después de 1914 y, si se atiende al Cuadro 2, se
notará que el proceso toma vuelo recién a partir de 1920.
48Datos del Ministerio de Agricultura confirman esta apreciación: en 1917 sólo se computaban unas 1950
cosechadoras en toda la pampa. Ministerio de Agricultura, Estadística agrícola. Año agrícola 1917-18, Bs. As., 1920,
p. 69
49Conti, Marcelo: Informe relativo a los ensayos de una cosechadora automovil realizados en el campo de la
Facultad de Agricultura y Veterinaria de Bs. As. por el profesor..., Bs. As., 1919. Según Domingo Borea, la
cosechadora de peine pierde 60 kg. de cereal por ha. cosechada. Véase La cosecha del trigo en la República
Argentina. Método para determinar su costo, Bs. As., 1921, p. 25. Anotemos, de paso, que Borea, igual que Ferré
(Máquinas para la cosecha de cereales, Bs. As., 1917), aceptan la cantidad de cosechadoras del Censo de 1914 de la
que nosotros dudamos.
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Cuadro 2
Años Cant. x año Años Cant. x año
1909-13 877 1922 693
1914 1 1923 2.752 1915 276 1924 7.712
1916 s/datos 1925 1.352
1917 s/datos 1926 4.565
1918 - 1927 5.033
1919 371 1928 2.079
1920 797 1929 4.965 1921 1.512 1930 2.011
(Fuente: Anuario de Comercio exterior. Las cifras de 1928 y 1929 debieron ser estimadas a partir
del peso de las máquinas ya que el Anuario de ese año no especifica las unidades importadas
sino el peso total de las mismas)
Un proceso similar viven los camiones:
Importación de automotores
Año Automóviles Camiones Total
1919 4.513 81 4.594
1920 13.499 439 13.938
1921 9.319 424 9.743
1922 15.463 516 15.979
1923 26.455 3.569 30.024
1924 32.102 5.811 37.913
1925 55.798 8.900 64.698
1926 45.643 8.789 54.432
1927 40.023 12.858 52.881 1928 53.063 20.008
73.071
1929 68.859 21.537 90.396
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364.737 82.932 447.669
(Fuente: Asociación de importadores de automóviles, Anuario, p. 15)
Igual que sucedió con la cosechadora, el peso real del camión comienza a sentirse después de la
guerra pero especialmente a partir de 1923 cuando la importación se multiplica por 7 y crece a
grandes saltos hasta 1929. La importación llega, en un 97,12%, desde EEUU y Canadá y el resto
de países europeos.
Con el tractor sucede algo parecido, pero más hacia los `30. Si en 1907 asistimos al examen de la
"aradura a vapor", el tractor recién se expande fuertemente a partir de 1920.50
El Anuario de la Asociación de Importadores de Automotores y Afines daba las siguientes cifras:
Años Unidades
1924 811
1925 5.313
1926 2.426
1927 1.692
1928 3.238
1929 7.252
Promedio 1925-29 3.984
Total 20.732
Es difícil evaluar el impacto del tractor (al que debe sumarse el camión y el automóvil) pero,
Buenos Aires, la mayor receptora de los tres elementos mencionados y al mismo tiempo, la
provincia donde más crece el área sembrada, ve caer el volumen de su rodeo de 2.778.085 en
1920 a 2.271.458 en 1928.51 Por otro lado, es necesario tener en cuenta que las necesidades de
tracción aumentan más que el área sembrada en la medida que las nuevas cosechadoras
combinadas exigen muchos más animales que las trilladoras estacionarias y las livianas
espigadoras y segadoras atadoras. Si en 1910 Huret señalaba que un tractor podía reemplazar 64
50Nuestra tierra, 1927, p. 52
51SRA, Anales, 1930, p. 15
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caballos, 20.000 tractores podrían haber desplazado a 1.280.000 animales52, suponiendo que la
potencia de la máquina no hubiera aumentado nada.
Por qué no se expande más el parque de tractores? La opinión más común es la de Carl Taylor,
según el cual la baratura del caballo conspiraba contra el "coloso de hierro".53 Ahora bien, a
despecho de esto, mientras las has. sembradas aumentan un millón más entre 1930 y 1937, las
dedicadas a equinos bajan un millón más. Es probable que la expansión del tractor haya sido más
importante de lo que creemos y que su evolución dependa más de los problemas globales de la
economía nacional que del costo de los caballos.
Por qué se produce esta renovación? La fe positivista en la virtud tonificante de la máquina
resurgió, una vez más, cuando la situación internacional posterior a la Primera Guerra Mundial
colocó a los productores argentinos frente al descenso de los márgenes de beneficio. En ese
momento, los productores locales giraron la vista a esa bolsa de rentabilidad oculta que eran los
salarios de cosecha. El problema no residía en su valor sino en su cantidad. Se podría reducir
fuertemente el costo de la cosecha de cereales si se conseguía disminuir el numero de brazos
empleados:
"La industria agrícola a la par que las demás industrias, está pasando, en todas partes, por un
período de crisis muy intensa, lo que impone intensificar la producción con el objeto de abaratar
su costo y vencer en tal forma la competencia del mercado mundial.
Por lo que se refiere a la agricultura argentina, estos problemas han sido ya planteados y creemos
que es urgente una solución rápida de los mismos debido a que la mayor parte de los productos
de su suelo son objeto de exportación y sólo podrán exportarse con ventaja mientras los precios
que nos ofrecen los mercados consumidores dejen cierto margen de utilidad para el productor.
Necesitamos entonces conseguir la máxima producción con el mínimo gasto; esto no se obtiene
confiando solo en la fertilidad de la tierra y en la bondad del clima; el agricultor debe apelar a
todos los medios que la moderna agricultura pone a su alcance para lograr ese fin y entre estos
medios tenemos el amplio y racional empleo de las máquinas mejores y más perfeccionadas."54
52Huret op. cit., p. 407
53Taylor, Carl: op. cit., p. 147
54Conti, M.: Informe relativo a los ensayos de una cosechadora automovil realizados en el campo de la Facultad de
Agricultura y Veterinaria de Bs. As. por el profesor..., Bs. As., 1919, p. 61
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Y la historia le daría la razón a Marcelo Conti, tal vez el más capacitado técnico en estas
cuestiones: la cosechadora de trigo era ya una realidad que explotaría con violencia durante los
años `20. A fines de los '20 cuando la crisis se mostraba como un fenómeno de larga duración,
otra vez apareció en primer plano el problema de los costos de cosechar. El instrumento elegido
fue ahora el elevador de granos. Tanto el Informe Mihura como los escritos de Duhau repiten las
virtudes reconocidas de la cosecha a granel.55 En los `30 el éxito de las innovaciones iniciadas en
los `20 provoca toda una literatura sobre las consecuencias sociales de la mecanización:
Santillán, Giribaldi, Lazarte, Boglich, Borras y Buira, percibirán, desde el movimiento obrero
cómo "cuando la ciencia se pone al servicio del capital somete siempre a razón la mano rebelde
del trabajo".56
La crisis de sobreproducción está forzando a la agricultura pampeana a redefinir su estrategia de
costos frente a la competencia internacional. La primera etapa corresponde a la de la expansión
mundial de la nueva agricultura cerealera: tierras baratas, técnicas nuevas, rentas bajas y
mercados en expansión. Hacia la Primera Guerra Mundial el proceso de inversión de capital en
todas las economías cerealeras va invirtiendo las tendencias iniciales: tierras caras, fronteras
cerradas, rentas altas y mercados en repliegue. Con altibajos, especialmente los provocados por
la guerra, la nueva tendencia comienza a reflejarse en los precios. En algunos países, como la
Argentina, la crisis social y la explosión de sindicalización rural colocan una nota de dramatismo
que acelera la toma de decisiones. Aquí y en todo el mundo la solución implica bajar costos. Y
bajar costos significa emplear aquellas técnicas que, en su contexto específico, señalan un
aumento de productividad por hombre ocupado. Con un mercado que comienza a achicarse, la
inversión de capital que aumente la productividad del trabajo aumentando simultáneamente la de
55Duhau, Luis: "Los elevadores de granos en el Canada", en: Sociedad Rural Argentina, Anales, 1928, p. 227;
Ministerio de Agricultura de la Nacion: Informe presentado a S. E. el Ministro de Agricultura Don Emilio Mihura
sobre la implantacion de un sistema general de elevadores de granos, Bs. As., 1928
56Buira, Demetrio: Dolor gaucho, Bs. As., La Vanguardia, s/f; Boglich, José: La cuestión agraria, Bs. As., 1935;
Santillán, Diego Abad de : "La reducción de la jornada de trabajo. Más sobre la evolución del proceso productivo y
sobre las causas de la desocupación." En La Protesta, suplemento quincenal, Bs. As., junio 30 de 1928, Año VII, nro.
287, pags. 358-362; Borrás, Antonio: Nuestra cuestión agraria. En defensa de la producción y del productor, Bs. As.,
Ed. La Vanguardia, 1932. La cita es de Marx.
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la tierra, es decir, vía aumento de los rendimientos, tiene dos problemas: primero, la reducción de
costos sería mínima en tanto el resto de la tecnología permanece estable; segundo, un mercado
con crecientes restricciones no estimularía a aumentos de la producción con problemas de
colocación en aumento. La solución más realista consistiría en reducir costos vía reducción de la
cantidad de trabajo necesario. Y esa fue precisamente la respuesta: camiones y cosechadoras son
las principales innovaciones de los `20. Tractores y elevadores, de los `30. Esto no impidió
aumentos en la productividad de la tierra, especialmente del trigo, en los años `30.
6. Cada etapa de incorporación de tecnología tiene profundas consecuencias sobre el conjunto
de la sociedad.
"Una vez establecido, el capitalismo agrario detiene sus propios impulsos de
crecimiento, comienza a replegarse sobre sí mismo y se resigna a reproducir en
forma simple las condiciones de producción y acumulación que le dieron origen;
crece en extensión más que en profundidad."57
Dada la importancia que tenía la agricultura en la economía nacional cualquier transformación en
ella no podía dejar de repercutir en el conjunto de la sociedad. A fines de los `70 del siglo pasado
la agricultura no existía. Cuarenta años después la sociedad era transformada radicalmente
gracias a una economía cerealera que se había abierto paso entre las primeras del mundo. Lo
primero no puede despegarse de lo segundo. La aparición de una economía de exportación de
magnitudes descomunales no puede explicarse sin una revolución técnica. Ya hemos hablado de
eso. Ahora corresponde responder a una contradicción no siempre percibida: cómo se produce
innovación tecnológica que incorpora mano de obra y aumenta los salarios. Normalmente, la
incorporación de tecnología tiene resultados opuestos. Para entenderlo es necesario distinguir el
proceso mecanizatorio argentino del británico. En Gran Bretaña, en Inglaterra más precisamente,
la tecnología agrícola moderna se expande sobre una agricultura preexistente, desplazando mano
de obra de esas labores y aumentando la explotación del proletariado rural. El Capitán Swing y
su bello gesto de gloriosa resistencia fueron su consecuencia más visible. La moderna tecnología
57Pucciarelli, Alfredo: El capitalismo agrario pampeano, 1880-1930, Hyspamerica, Bs. As., 1986
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venía aquí a reducir los costos de la cosecha "manual". En la Argentina la agricultura no existía
antes de la tecnología moderna. Al contrario, esta viene a hacerla posible: de ahí que, como
señaló Marx para el caso americano, la máquina reemplaza "virtualmente" la mano de obra.58 En
lugar de un reemplazo "real" la máquina crea puestos de trabajo con una velocidad desconocida.
Lo que se percibe inmediatamente es la poderosa presión internacional para la expansión de la
frontera. Esta combinación que se refuerza a sí misma es la clave de un proceso de revolución
tecnológica que, en lugar de expulsar, atrae mano de obra: si la máquina hace posible la
expansión, la expansión exige máquinas, las que necesitan obreros. La consecuencia
sorprendente es la tendencia a la elevación constante del salario. En esta etapa (1880-1920), se
prioriza la ocupación de espacios, la expansión de la frontera; de 1920 en adelante, para
recuperar rentabilidad, se prioriza el ahorro de salarios y brazos: la primera mecanización los
incorpora, la segunda, los disminuye y abarata.
En efecto, la profunda renovación tecnológica de los años `20 inaugura una nueva etapa de
acumulación de capital en el agro pampeano, y, dada la importancia de la agricultura en la
economía nacional, también en ella. La industrialización que nace en los `20 y se profundiza en
los `30 no puede explicarse sin este proceso, como consecuencia del cual, la renovación
tecnológica pampeana se yergue en el sostén oculto de la industrialización de los `30 y `40 y
constituye un momento necesario en la creación de la clase obrera peronista. Las famosas
migraciones internas están íntimamente relacionadas con este proceso: la primera fase de las
mismas es el rechazo por el campo de la población urbana migrante. Los más de 300.000 obreros
que siguen la cosecha del trigo, los carreros que la transportaban, los estibadores que la
conducían a hombros, todos ellos serán los primeros en ingresar a la fábrica:
""El problema de la desocupación
(...)
Por otra parte, el autor de ese comentario hecho en "Crítica" supone que el fenómeno del
industrialismo norteamericano aún no se ha manifestado aquí. Este modesto ex colono y ex
"linghera" ilustrara al mismo tiempo con algunas verdades.
Desde la trilla con yeguas, al prodigioso trabajo de la cosechadora a motor, hay un gran salto que
58Marx, Carlos: El capital, FCE, Mexico, 1986, t. I, p. 422.
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ha castigado duramente a millares de obreros cercándoles las tranqueras de los trigales y
condenándolos al vagabundaje. La cosechadora con tractor hace con dos hombres lo que antes se
hacía con veinte en un mes de labor. Pasa a trasto viejo la espigadora, la primitiva atadora y la
trilladora con su ejército de obreros.
En el maíz pasa otro tanto: la cosechadora se esta imponiendo y cuando en breve se perfeccione,
la fuente de recursos de 20.000 deschaladores se habrá cerrado por completo. (...)
El fenómeno del industrialismo esta latente entre nosotros la desocupación es tan permanente y
relativa como en cualquier país del mundo; aquí un camión de carga con acoplado ha desplazado
a 10 carreros, castigado de rebote a los talabarteros, herreros de caballos, etc. La barredora
mecánica, el faenamiento mecánico en mataderos y frigoríficos ha hecho sumar a los
desocupados una falange sin fin (...)"59
A lo que Giribaldi señala puede sumársele la suerte de los chacareros mismos: durante la larga
crisis que va desde la Primera Guerra Mundial a la Guerra Fría, los chacareros más pobres se
verán obligados a innovar o desaparecer: en los años `30 no se puede sobrevivir, ni como
productor familiar, si no se dispone de cosechadora, tractor y camión. Quienes no pueden hacerlo
culminan, sus hijos primero, ellos mismos después, sumándose a la "falange sin fin". A pesar de
la enorme potencia de ese texto, ya convertido (con toda justicia) en un verdadero clásico de los
estudios agrarios, al detener su análisis en la crisis del `30, el autor de El capitalismo agrario
pampeano pierde la oportunidad de observar el momento en que éste comienza una nueva etapa,
creciendo "en profundidad" y aumentando su complejidad. Así y todo, esta etapa que se inicia no
significa, como quiere Alejandro Dabat, una "notable aceleración de los procesos de
acumulación capitalista originaria",60 toda vez que no se trata de una "ruptura del complejo rural
autosuficiente", por lo menos en lo que a la pampa húmeda se refiere. Nunca hubo nada parecido
a una economía campesina en la pampa. Por el contrario, se trata de una profundización de su
desarrollo capitalista y, por ende, del capitalismo argentino en general.
59La Protesta, 14/4/28, p. 2
60Dabat, Alejandro: Crisis y reestructuración productiva en América Latina", en Cuadernos del Sur, nro. 4, 1986,
p. 76a de la
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